lunes, 11 de noviembre de 2013

Primeras lecturas de "Un detalle trivial": Ariel Bermani

Aquí, en sucesivos posts, los textos de Ariel Bermani, Hugo Correa Luna y Cecilia Sorrentino en la presentación de mi libro. Las lecturas de un libro completan el círculo ( escribir–publicar– ser leído), es decir, completan el hecho artístico, me dijo Hugo con su bondadosa sabiduría, en el bar, cuando lo invité a la mesa. Estas que ahora comparto, de lectores de lujo, reconfortan en la soledad y la vacilación de la escritura, abren, con su lucidez, el juego.
Por orden de aparición, primero, las palabras de Ariel:


¿Detalles triviales?
Una lectura de los cuentos de María José Eyras
Ariel Bermani

            J.D. Salinger le dedicó una parte importante de su obra a varios integrantes de una familia de ficción que, al menos a mí, me cuesta pensar sólo en el marco de la ficción. Me refiero a los Glass. Seymour, el primero de los hijos del matrimonio Glass, con su suicidio en plena luna de miel, es uno de los personajes literarios que siempre vuelven cuando leo, cuando escribo.
Como muchos otros que le dedican una parte ancha y jugosa de su vida a la literatura, pasé muchas horas discutiendo en talleres y en conversaciones con amigos el por qué de ese suicidio. ¿Por qué se mató Seymour Glass?
            Estas son algunas de las sensaciones que genera la literatura de buena manufactura. Creemos en lo que estamos leyendo. Pensamos que los personajes de ficción se parecen a las personas. Incluso, muchas veces, nos sentimos más cerca de los personajes de los libros que de las personas que nos rodean.
            Si menciono ahora a Salinger es porque mientras leía el libro de María José Eyras me acordé de él. Y eso ya es una buena manera de pensar el libro que estamos presentando hoy. ¿Qué tienen en común J.D. y María José? La prosa de Salinger es acelerada e irónica, la prosa de Eyras es lenta y suave. Las historias de Salinger están atravesadas por lo social y, en especial, por la segunda guerra mundial. Las historias de Eyras se detienen en la vida privada, a sus narradores les importa más el devenir cotidiano, la microfísica de las relaciones humanas.
¿Qué los une, entonces? ¿Por qué Un detalle trivial me hizo pensar en la familia Glass?
            La familia Glass, la familia. Creo que ahí está la clave. No es casual que el primer libro de María José Eyras haya sido sobre la maternidad. Sus cuentos piensan y problematizan la familia. Al menos el modelo que conocíamos hasta ahora, ese modelo que empezó a resquebrajarse en las últimas décadas. Están protagonizados por  mujeres en crisis. De todas maneras, para cortar la serie, también hay  hombres en crisis, en Un detalle trivial. Como el narrador de “La pista de ceniza”. Hay otro cuento, además de “La pista de ceniza”, donde los hombres llevan adelante la acción: se trata de “Mundo cercado”. Cuando hablo de crisis me refiero a que están insatisfechos, necesitan un cambio de aire, un cambio de vida.
            Así como suelo preguntarme por qué se mató Seymour Glass, me está pasando algo similar, en este momento. Me pregunto qué les pasa a los personajes de María José Eyras. Qué quieren. 
“Las manos”, tal vez el cuento más logrado de la serie, empieza así: “Es viernes. Me había propuesto tocar el violín, hacer el intento de improvisar o por lo menos, si no lo lograba, repasar las partituras para el ensayo del lunes. Pero como en las últimas semanas, me he quedado detenida, dando vueltas, ordenando los dormitorios. Sin decidirme, una vez más, a sacarlo del estuche”.
No hay una apuesta por cambios estructurales, en este libro. No se cuestiona el género cuento. No hay un intento de ruptura con la lengua, o un intento de incorporación de nuevas maneras de pensar el texto narrativo. No le interesa, a María José Eyras, trabajar con procedimientos literarios no tradicionales. Lo que realmente le importa es ponerse en el lugar de sus personajes. El lado humano de lo literario. No se trata de detalles triviales, justamente, lo que se narra.  Abrir o no el estuche de un violín, implica, también, abrirse o no a la vida. Buscar otros modos de relacionarse. En eso están  los personajes de María José Eyras y, a diferencia de la familia que construye Salinger  en la ficción, las familias de María José no se rompen, no se sienten fracasadas. Los personajes no se suicidan. Siguen su camino, siempre, a pesar de que, la mayoría de las veces, no sepan cómo seguir.
                         
           








1 comentario:

  1. Qué bueno el comentario de Ari. Me encantó. Y es tal cual, me quedé con una sensación parecida al leer el libro. Saludos :-)

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